La calidad lingüística de las ofertas de trabajo (2) – Errores de traducción

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En una reciente reflexión sobre la calidad lingüística de las ofertas de trabajo, me preguntaba (retóricamente) si esos anuncios no tendrían que estar tan bien escritos como se exige que lo estén los currículos y las cartas de presentación o, dicho de otra manera, las peticiones de trabajo.

Teniendo en cuenta además que, muchas veces, entre los requisitos para poder presentar una candidatura para un puesto de trabajo, hay el buen dominio de (por lo menos) un idioma extranjero, esta vez mi pregunta es la siguiente: ¿no tendrían que estar bien traducidas las ofertas de trabajo?

Esta reflexión nace a raíz de otro anuncio publicado en LinkedIn en el cual, además de unas cuantas lagunas ortotitpográficas (incoherencias de formato, falta o exceso de puntuación, etc.), lexicales y gramaticales, había un evidente problema de fondo: una traducción deficiente (probablemente del castellano) al inglés.

Si de un lado los errores de traducción pueden hacer gracia —’conversional English’ se podría interpretar como algo para intentar convertir el inglés en algo más fácil, mientras que ‘technical carrier‘ podría hacer referencia al transportista necesario para cargar con el peso del único (supuestamente larguísimo) test que parece necesitar (definir, ejecutar, etc.) esta empresa—, por otro lado representan la triste señal de la falta de respeto que algunas empresas (y/o las agencias de selección que contratan) reservan a sus potenciales empleados.

Me gustaría saber, pues, quién traduce las ofertas de trabajo.

¿No tienen las empresas la humildad de acudir a profesionales para este tipo de servicio?

¿Cómo pueden algunas empresas exigir a los candidatos algo que ellas mismas no cumplen?

¿Por qué son esas empresas tan presuntuosas e incoherentes?

Sinceramente, cada vez que veo una oferta de ese tipo, lo tengo clarísimo: eso no se puede traducir en un puesto de trabajo apropiado para mi…