La comunicación es un trabajo para bomberos

Llevo tiempo viendo a supuestos responsables de comunicación que no saben o no contestan.
Que no comunican, vaya.

O, quizás peor aún, que contestan muy mal, sin ni siquiera tomarse la molestia de escuchar con atención a su interlocutor.
Cosa que suele ser bastante frustrante.

Vamos a ver.
A pesar de que creo que esconder la cabeza como el avestruz —además de ser algo paradójico en este caso— no suele ser útil, lo de no comunicar lo puedo llegar a entender —y quizás incluso justificar—, precisamente por el miedo a hacerlo mal.

Pero lo de contestar a lo loco, sin escuchar realmente al interlocutor, sin agradecerle su aportación ni su discreción —especialmente en el caso de un intercambio privado de opiniones—, y sin dedicar ni un momento a reflexionar sobre la posibilidad de que haya puntos de vista diferentes, me parece aún más grave, ya que me da la impresión de que estas personas no son realmente conscientes de las responsabilidades del oficio, ni están teniendo en cuenta las eventuales consecuencias de su actitud y de su mala gestión en esas circunstancias.

Así que quiero dirigirme directamente a propietarios y directores de organizaciones diversas.

Señores, creo que no deberíais olvidaros de que vuestros responsables de comunicación son quienes os representan: en actos públicos, en las redes sociales o incluso cuando hablan con sus amigos.

Cada vez que asignáis ese tipo de cargo a personas que creen que su trabajo consiste básicamente en contar likes y comentarios positivos, pero no tienen ni idea de cómo gestionar una queja, estáis dejando vuestro negocio en mano de pirómanos.
Todos muy alegres y optimistas, claro, pero también muy pirómanos.

¿Y si probarais a contratar a “bomberos”?

"Fire Game" by Interior_Photos
“Fire Game” by Interior_Photos is licensed under CC BY-NC-SA 2.0

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